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Publicación conjunta de @israelen360 y @Hasbaraesp

 

Las cartas ya están echadas, todo parece indicar que occidente ya alista su caballería rumbo a Siria, pero ¿Cuáles son los escenarios que se manejan? ¿Estados Unidos y sus aliados pueden iniciar un nuevo frente en Medio Oriente sumándose a los de Irak y Afganistán? ¿Qué tiene que ver esto con las constantes tensiones con Iran? ¿Por qué el haber utilizado armas químicas es motivo suficiente para una respuesta militar, y el haber asesinado a 100.000 civiles no lo es?

 

Abrir un nuevo frente en el Medio Oriente podría ocasionar una respuesta Iraní, la cual durante años se ha postergado por las consecuencias que esto podría acarrear, la posibilidad de desencadenar un escenario el cual involucra a Irán de manera directa, no es una opción muy popular en el Pentágono. El 60% de los norteamericanos se manifiesta en contra de iniciar una guerra a gran escala contra Siria, más no es así con Irán, a pesar de todas las maniobras políticas impulsadas por la administración Obama para evitar dicha conflagración.

 

Esto le ha ocasionado un dilema a la Casa Blanca; Ya está demostrado y es de conocimiento público que Assad cruzó la línea roja que el propio Obama impuso públicamente el año pasado, por otro lado la cúpula militar americana no ve con buenos ojos una nueva contienda militar a gran escala en un país en ruinas, sucumbido en una guerra civil y donde el principal grupo opositor -la coalición siria- es mayoritariamente islamista. Además, al no actuar Estados Unidos estaría perdiendo esa credibilidad y responsabilidad moral que tiene al ser la nación líder de occidente y “garante de los derechos humanos y la democracia en el mundo”. Si Estados Unidos no hace respetar sus propias líneas rojas, ¿Cómo espera después tener poder de disuasión con Irán o Corea del Norte?

 

La excusa que han dado las potencias durante dos años de “trabajar para llegar a una solución pacífica y diplomática” ya parece no cuajar con la opinión pública mundial, que exigen un parado al derramamiento de sangre donde más de cien mil civiles han fallecido a consecuencia de esta confrontación según cifras de las Naciones Unidas.

 

Por otro lado Rusia se muestra renuente a perder su principal aliado y cliente de la región, su cabeza de playa en Medio oriente donde alberga su principal base naval del Mediterráneo.

 

Ante esto se plantean los siguientes escenarios, tomando en cuenta que según el vocero oficial de la Casa Blanca “el objetivo no es derrocar a Assad y que haya un cambio de régimen, sino enviar un mensaje claro y fuerte para que comprenda que no puede volver a usar armas prohibidas”, además que probablemente lo que se busque es acabar con la Fuerza Aérea siria y destruir su infraestructura militar, para facilitarle así la vida a los rebeldes y dejarles el camino a ellos, para que sean ellos mismos quienes solucionen su crisis.


 

Escenario I

En este escenario se utilizarán misiles crucero Tomahawk que serían lanzados desde barcos destructores  y submarinos en dos oleadas intensivas, destruyendo las instalaciones claves militares y administrativas de Siria más no las instalaciones que albergan armas químicas por el gran peligro ambiental y sanitario que esto significa. En su lugar serían destruidos los sistemas balísticos necesarios para emplear los agentes patógenos.

 

Luego de esta oleada de ataques, se evaluarían los daños causados y la respuesta dada por Siria para definir futuras estrategias o dejar el mensaje hasta ahí. Pero esta acción sólo  tranquilizaría a sus críticos en el Congreso y a sus aliados europeos que exigen pasos decisivos contra Assad. Esta operación no cambiaría sustancialmente el desarrollo del conflicto sirio a corto plazo.

 

Para llevar a cabo esta operación Estados Unidos cuenta con cuatro destructores en el Mediterráneo: el USS Mahan, USS Ramage, USS  Barry, y USS  Gravely, además de algunos submarinos, un portaaviones de la Sexta Flota del mediterráneo, además de los navíos británicos que también se sumarían directamente al ataque.

 

Cada una de las naves está dotada con dos docenas de misiles Tomahawk. Estos proyectiles tienen una capacidad destructiva limitada a 280 libras, frente a las 1.000 libras de explosivos que puede contener cada ojiva en un ataque aéreo, pero su beneficio está en que cuentan con un alcance de entre 1.600 y 1.800 kilómetros, por lo que pueden lanzarse desde un buque fondeado en aguas internacionales sin poner en peligro a ningún integrante de la coalición occidental.

 

 

Escenario II

Este escenario es lo que buscan algunos aliados europeos de Estados Unidos, Turquía y algunas monarquías del golfo  como Catar y Arabia Saudita. Aquí se trataría de una prolongada guerra aérea de ataques intensivos. Sería muy parecida al estilo de la guerra contra Libia en el 2011, pero esta operación le saldría mucho más cara a Estados Unidos y los aliados, con un costo estimado de 1.000 millones de dólares por mes y el peligro de que los aviones de la coalición sean interceptados por el muy eficiente sistema antiaéreo sirio de origen ruso, peligro que con Libia no existía. Aunque Israel ya ha demostrado saber evitarlo.

 

Si occidente elige este escenario, acabará involucrándose activamente en la guerra civil siria del lado de los rebeldes. Y, por supuesto, el objetivo final de la operación será el derrocamiento de Assad, tomando en cuenta que Europa y Estados Unidos no ven muy amistosamente un gobierno islámico en Siria.


 

Escenario III

El tercer escenario supone que durante un cierto periodo de tiempo se realicen bombardeos intensivos y ataques con misiles con el objetivo de debilitar el potencial militar de Siria. Y luego la retirada de occidente del campo de batalla para darle el paso a los enemigos de Siria en la región, sobre todo Turquía, más poderosa militarmente y miembro de la OTAN.

 

Estos son los escenarios planteados más probables. Sólo falta esperar “Estados Unidos tiene listo su despliegue naval frente a Siria para atacar en cualquier momento unidades e instalaciones del régimen de Damasco, si así lo decide el presidente Barack Obama”, señaló el Secretario de Defensa norteamericano.

 

Sólo esperemos que el conflicto no se expanda. Israel ya ha sido muy tajante al asegurar que si es atacado no volverá a contenerse como lo hizo en la Guerra del Golfo. El primer ministro Netanyahu dejó muy claro "Nuestra mano está siempre en el pulsador, nuestro dedo es uno responsable, pero si es necesario, estará sobre el gatillo. Siempre vamos a saber cómo proteger a nuestros ciudadanos y a nuestro país de aquellos que vienen a herirnos o tratar de atacarnos”

 

Por otro lado, los altos oficiales Israelíes no creen que Assad “esté tan loco como arriesgarse a una respuesta israelí que sería fatal para su régimen". Israel ya ha demostrado, incluso hace unos meses, que puede atacar Siria si lo considera necesario. Quizás occidente ahora le tenga que agradecer el haber acabado con su stock de misiles rusos de última generación tierra-aire y tierra-mar. Y ni hablar del bombardeo en 2007 contra una central nuclear en construcción.

 

 

Los verdaderos líderes son los que cuando tienen que hacerlo, toman decisiones difíciles y no populares, una decisión feliz la puede tomar cualquiera

Binyamin Netanyahu

Todo sobre Siria, a pocos días

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