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El 22 de septiembre la Asamblea General de las Naciones Unidas recibirá la petición por parte de la Autoridad Palestina para ser reconocidos como un Estado Miembro y el ingreso pleno a esta organización. Pero, ¿Realmente es un Estado? De los tres estados Palestinos que la Asamblea podría reconocer, sólo uno de ellos no cumple con los requisitos para ser un Estado, y es éste precisamente el que las Naciones Unidas piensan reconocer. 


Según la Convención de Montevideo sobre los deberes y derechos de los Estados, un Estado debe poseer las siguientes características: una población; un territorio definido; un gobierno establecido y con la autoridad para hacerse valer; y capacidad para entablar relaciones diplomáticas con las demás naciones. 


Tanto la Franja de Gaza gobernada por Hamas, como la Ribera Occidental administrada por Fatah, cumplen con estos cuatro criterios. Pero el que las Naciones Unidas votará, no lo hace. 


Hamas controla una población en un territorio definido (la Franja de Gaza), tiene un gobierno funcionando, y mantiene relaciones internacionales con algunos países. Es decir, legalmente Gaza podría constituirse en un Estado. 


En todo caso, sería un Estado emergido del golpe militar de Junio de 2007, un estado que se realiza violaciones masivas de los derechos humanos a sus propios ciudadanos. Tampoco Hamas está buscando la declaración de Estado sólo para Gaza. Lo que Hamas quiere es, eventualmente el total de la Palestina del Mandato británico, que comprende no solo Gaza y la Cisjordania, sino también al Estado de Israel. Es por esto que incluso se ha manifestado en contra de que la ONU reconozca un Estado palestino inclusive si lo hace según las líneas de 1967. 


La Autoridad Palestina que administra la Cisjordaina también podría cumplir con los requisitos para formar un Estado: tiene un gobierno funcionando, una población permanente, y relaciones internacionales con un gran número de países. También controla un territorio definido, que comprende lo que son denominadas zonas A y B por los Acuerdos de Oslo, más algunos territorios adicionales transferido por Israel en posteriores acuerdos. La (zona A es el área controlada en lo civil y en la seguridad por la Autoridad Palestina, y la Zona B es el área con control de la Autoridad Palestina en lo civil y con control israelí en el tema de seguridad.). Esta zona gobernada por Fatah en la ribera occidental dentro de estas líneas también podría ser reconocida como Estado. 

 

Pero Fatah y la Autoridad Palestina no están buscando la declaración del Estado para esta entidad del margen occidental que podría cumplir con los requisitos. Su demanda mínima es un Estado que incluya Gaza junto a la ribera occidental, el este de Jerusalén, y todas las otras zonas que estuvieron bajo control jordano y egipcio antes de 1967. Fatah y la AP están demandando la titularidad sobre tierras que no están bajo su control, sino de Hamas e Israel. 


A diferencia de las otras dos entidades palestinas que existen actualmente, y que podrían ser reconocidas como estados, la entidad palestina que será reconocida por mayoría en la Asamblea General en septiembre próximo, realmente es un Estado imaginario que no cumple con los requerimientos legales expresados anteriormente. 


Esto debido, entre otras cosas, a que tendría dos presidentes rivales que persiguen políticas totalmente diferentes. Mahmoud Abbas se presenta como el Presidente de la entidad que reclama el reconocimiento en la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero ya no es considerado presidente por el Hamas. Y Hamas tiene sus propias leyes palestinas en el territorio que él gobierna. Abbas fue elegido en 2005 como Primer Ministro para un período que culminaría en enero del 2009, o sea que su término ha expirado. En 2009 extendió él mismo su período por un año, hasta Enero de 2010, extensión que también ha vencido. 


Hamas, que controlara la mayoría en el ahora inexistente Consejo Legislativo Palestino, se opuso a la extensión del mandato de Abbas. Pero según las leyes palestinas, el presidente legal de Palestina desde Enero de 2009 es el portavoz del Consejo Legislativo, un diputado representante de Hamas. Y es por esto que Hamas no considera a Abbas como el presidente palestino. Por lo que el mandatario de este futuro Estado Palestino ni siquiera está establecido, de hecho, es Hamas quien tiene la legislación de su lado. 


Por otro lado, este reconocimiento de un Estado Palestino por parte de la ONU no sería más que un simbolismo que no aportará absolutamente nada aparte de más problemas. Tomando en cuenta que en el año 2001 y en diciembre de 1988, bajo el liderazgo de Yasser Arafat,  la ONU ya  proclamó el reconocimiento de un estado palestino con la resolución 43/177 suscrita por 104 países. Y que como era de esperarse, no cambió en nada la situación del conflicto. Tal como se espera que suceda en esta oportunidad. 


Aparte de esto hay que tomar en cuenta también que según la Carta de las Naciones Unidas, la cual los palestinos pasarían a estar obligado a cumplir, se establece en su artículo 4 que “Podrán ser miembros todos los estados amantes de la paz”, por lo que si la Autoridad Palestina continúa con su constitución actual que establece en su exposición de motivos la destrucción de Israel ya comenzaría sus funciones como miembro violando uno de los primeros artículos. Aparte que el artículo 73C también establece que los Estados deben promover la paz y la seguridad internacional. Esto está por verse. 


Sin tomar en cuenta que el lema de Hamas es: “Amamos la muerte tanto como los israelíes aman las vida”. Está claro que sobre Hamas, no es necesario ahondar en este tema. 


Y hay que tomar en cuenta también que en caso de que la Asamblea General aprobase el ingreso de Palestina con las 2/3 partes de sus miembros como está previsto y los países deciden apegarse al mecanismo Unión para la Paz, ahora la Autoridad Palestina tendrá que dar un gran paso: Proclamar su independencia, pero ¿Dónde lo van a hacer? Proclamar el Estado Palestino en Nueva York es no menos que ridículo. En todo caso deberán hacerlo en la capital o al menos en el territorio de lo que reconocen como Palestina. En Jerusalén Este imposible que suceda porque ni siquiera las oficinas de la AP están ahí, así que es esperable que tendrán que hacerlo en Ramallah, pero también se ve dificultoso porque la hacerlo estarían simbólicamente renunciando a Jerusalén. 


Ahora bien, no es ningún secreto que Israel no se quedará pasivo ante el reconocimiento. Sin olvidar que los Acuerdos de Oslo suscritos por Israel y la AP prohíben a las partes tomar medidas unilaterales en cuestiones fundamentales del conflicto. Lo que de hacerlo, estos tratados se queden sin efecto. Por lo que el gobierno israelí barajea distintas posibles respuestas cada una con diferentes tonos de firmeza entre las que están: renunciar completamente a todos los acuerdos, tratados y compromisos contraídos con los palestinos; y decretar la soberanía israelí en Judea y Samaria (Cisjordania) adjuntándoselas como parte de su territorio soberano. 


Pero de parte de Estados Unidos ya se ha dicho que esta medida que más que aporta al proceso de paz lo complica más, traerá también consecuencias por parte de esta administración, y quizás la que más afecte a la población palestina. Esta medida con la que ha amenazado el Congreso aprobando una pre ley que consiste en dejar de enviarle la ayuda económica que todos los años le da a la AP, y que consta ni más ni menos que la mitad del presupuesto palestino. Lo que empeorará profundamente las finanzas palestinas que ya están en números rojos. 


No es descabellado pensar que con lo que sueñan los políticos palestinos es que en septiembre millones de árabes de todos los países cercanos marchen hacia las fronteras de Israel e intenten ingresar por la fuerza, suscitando un fuerte enfrentamiento entre los manifestantes y el ejército israelí que traerá miles de heridos (tal como sucedió en la frontera Israelí-Siria intentando desviar la atención sobre las matanzas de los manifestantes de la ciudad de Home)  y la presencia en los medios de comunicación mundial que demonizarán a Israel como el Estado genocida de civiles indefensos que nada tenían que estar haciendo ahí más que intentar violar la soberanía del Estado de Israel. Esto mientras se alza la tercera intifada exigiéndole a Israel que reconozca a Palestina. Aunque es ridículo pensar que lo hará justamente por presiones violentas, lo que alimentaría aun más sus dudas y exigencias en materia de seguridad. 


Tomando en cuenta también que la violencia solo beneficia a Hamas, quien está en una guerra civil con la Autoridad Palestina. Son ellos los únicos que saben cómo sacarle provecho a la violencia y administrarla a su favor. 


No queda otra cosa que terminar este artículo exponiendo las monumentales contradicciones de Abbas citando una de sus recientes declaraciones: “Exigimos que reconozcan al Estado Palestino pero nosotros nunca reconoceremos a Israel como un Estado Judío”. 

Naciones Unidas le dan la bienvenida al miembro 194

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